Las redes 5G y la ciberseguridad de tu empresa

Las redes 5G y la ciberseguridad de tu empresa

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Las redes 5G y la ciberseguridad de tu empresa

La expansión del 5G va a revolucionar la mayoría de los sectores económicos y sociales, desde el ámbito doméstico hasta el médico, el empresarial y el industrial. Cuando culmine el despliegue de la quinta generación de tecnología móvil podremos asistir a procesos que hoy nos parecen propios de la ciencia ficción: ciudades inteligentes, coches autónomos, inteligencia artificial aplicada a la investigación médica; industria 4.0; automatización empresarial inteligente… Tendremos la posibilidad de acceder a todo tipo de información de forma mucho más rápida, sin apenas latencia y con infinidad de dispositivos conectados al mismo tiempo.

Sin embargo, el despliegue del 5G, como ocurre con casi todas las tecnologías emergentes, también traerá consigo varias dudas sobre ciberseguridad, muchas de ellas relacionadas, precisamente, con las ventajas que aporta con respecto a las redes 4G. Estas son algunas de ellas.

Aumento exponencial de la conectividad

Una de las grandes ventajas del 5G es que permitirá la conexión simultánea de multitud de dispositivos gracias a que ofrece un ancho de banda muy superior al de sus predecesores. Sin embargo, esta virtud puede convertirse también en un riesgo porque ese incremento de gadgets conectados es también una potencial puerta de acceso para que los ciberdelincuentes puedan colarse en todo tipo de sistemas y acceder a información sensible. Por ejemplo, el 5G supondrá una auténtica explosión de dispositivos Internet of Things (IoT) como smartwatches y wearables en sectores como el fitness o la salud, y en elementos de domótica como Smart TV, sistemas de vigilancia, etc. A pesar de que todos estos dispositivos están conectados a algún sistema, en muchas ocasiones incorporan medidas de ciberseguridad muy mejorables. Por eso uno de los retos de esta tecnología pasa porque los fabricantes de este tipo de dispositivos incorporen la seguridad a la fase de diseño e implementen de forma nativa herramientas que faciliten su uso en condiciones de seguridad.

Seguridad descentralizada

A diferencia del 4G, en el que la red se gestiona a través de un sistema cableado, la gestión y actualización de la red 5G se puede realizar mediante software. Este hecho abre la puerta a vulnerabilidades en términos de estabilidad e incluso brechas de seguridad de fábrica. A ello se le suma que las redes 5G cuentan con muchos más puntos de enrutamiento de tráfico y, por lo tanto, requieren una mayor supervisión para garantizar su seguridad.

Menos tiempo para comprobar riesgos

El mayor ancho de banda que ofrecen las redes 5G las convierte en auténticas autopistas para el tráfico de infinidad de datos en un tiempo muy inferior al actual. Aunque pueda resultar contradictorio, este incremento de la velocidad es inversamente proporcional a la ciberseguridad porque los proveedores de servicio dispondrán de mucho menos tiempo para comprobar las amenazas en tiempo real, tal y como ocurría hasta ahora. Este hecho supone también un reto para los proveedores de servicio, que tendrán que reforzar e incrementar la rapidez de respuesta de los sistemas de seguridad frente a las amenazas.

Más velocidad para propagar amenazas

Otro de los elementos que más preocupan es la velocidad de propagación de las amenazas. El correo electrónico sigue siendo la principal puerta de acceso de los piratas informáticos para introducir malware en un sistema informático. Si en la actualidad el ancho de banda permite enviar alrededor de 500.000 mensajes de spam simultáneos, con el 5G esta cifra podría superar los 50 millones. Este problema obligará a los desarrolladores y a los propios proveedores de servicio a desarrollar métodos más sofisticados, con mayor capacidad y más rápidos para detectar esas amenazas con antelación suficiente.

Cifrado de datos nativo

El incremento exponencial de la cantidad de datos que circularán por internet podría generar problemas de privacidad a corto plazo. Y ésta es una de las materias más sensibles relacionadas con la ciberseguridad. Aunque muchos softwares incorporan el cifrado de datos a la hora de realizar sus comunicaciones, para aumentar la seguridad es conveniente incorporar estos sistemas de encriptado de forma nativa en los propios dispositivos. Además durante los últimos años los ciberdelincuentes han empezado a utilizar los dispositivos móviles como puerta de acceso para expandir malware y acceder de forma ilícita a los datos personales que contienen, hecho que acrecienta la necesidad de mejorar su seguridad.

Aunque muchas de las medidas para atajar estas amenazas no dependen de las empresas ni de las personas usuarias, es necesario que mantengamos unas mínimas medidas de seguridad que ayuden a minimizar nuestras vulnerabilidades. Entre ellas están:

  • Mantener los antivirus y el software con las últimas actualizaciones del fabricante.
  • Utilizar redes VPN para impedir el acceso de personas ajenas a la organización, especialmente cuando se utilizan equipos remotos o se accede desde redes públicas.
  • Establecer contraseñas complejas, compuestas por caracteres alfanuméricos.
  • No abrir nunca correos que provengan de usuarios desconocidos, ni pinchar en enlaces cuando haya una mínima duda sobre su procedencia.
  • Desconfiar de los enlaces acortados, ya que ocultan la verdadera información de la url de destino.
  • Evitar los sitios web que carezcan de relación alguna con la actividad laboral.
Las redes 5G apenas han comenzado su despliegue más allá de proyectos concretos en zonas urbanas, y todavía nos encontramos a la espera de un marco regulador específico que dé respuesta a algunos de los retos que plantean en materia de ciberseguridad. Por el momento, proveedores de servicio, desarrolladores y fabricantes de software ya han comenzado a adaptar sus soluciones a la nueva revolución digital que acaba de despegar.


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