Luces y sombras en la confianza de consumidores y empresas vascas

Luces y sombras en la confianza de consumidores y empresas vascas

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Luces y sombras en la confianza de consumidores y empresas vascas

En el segundo trimestre de 2016 la confianza de los hogares vascos sobre la evolución socio económica “ralentiza su mejora”, según el Departamento de Estudios de LABORAL Kutxa, que sitúa el índice de confianza en -7, tres puntos por debajo del nivel del primer trimestre. Esta falta de confianza es compartida con el conjunto de la Unión Europea (-5 puntos), y especialmente con los de Alemania (-6) y Francia (-14). Las empresas de la CAV, en cambio, aguantan el tipo y apenas reducen su nota de confianza, desde 55,4 hasta los 55,3 puntos. Pese a que hay un “estancamiento”, los dos colectivos se muestran optimistas sobre las expectativas de empleo.

La percepción de las familias sobre la evolución de la situación económica en el plazo de un año, recoge aspectos positivos relacionados principalmente con la evolución del empleo y los precios, pero la mayoría de los hogares sigue pensando que no es un buen momento para acometer compras relevantes (-11 puntos). Además, se mantiene un perfil bajo con respecto a la intención de compra de vivienda (apenas el 2% de los hogares valora esta opción) o vehículo (3% seguro, 1% probable) y prefieren optar por la política de la contención.

Nada que ver con los resultados obtenidos en la última encuesta realizada a 400 empresas industriales de la CAV; que reflejan buenas perspectivas respecto al entorno económico, sustentadas en expectativas favorables a la facturación (el 37,4% cree que mejorara), que se prevé reforzada por el aumento de la actividad (el 21,8% espera una mejoría). Además, y en coherencia de los indicadores ahora comentados, las empresas esperan una mejoría en lo que al volumen de pedidos se refiere (el 36,7% piensa en una mejoría frente al 13,1% que piensa que será inferior). No obstante, en relación a los precios la estabilidad es la nota dominante, con un 76,5% de los encuestados que consideran que éstos se mantendrán a lo largo del segundo trimestre.

Finalmente, otro de los datos positivos es que el 72,2% de las empresas considera que el empleo se mantendrá y casi el 20% tiene intenciones de incrementar su capacidad productiva y en última instancia aumentar el número de empleados.

Aunque la recuperación de la confianza se frena, tenemos que recordar que la percepción de los hogares sobre la evolución económica a un año vista “sigue alejándose del pesimismo que estaba instalado en el 2014”, en el que la confianza caía hasta el índice -17. La mejoría desde entonces es evidente y esperemos que continúe de la misma manera.

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