Las pymes y la financiación bancaria

Las pymes y la financiación bancaria

3 min.

Las pymes y la financiación bancaria

La crisis ha golpeado con especial intensidad al sector bancario, poniendo en evidencia la excesiva dependencia que las empresas, especialmente las Pymes, tienen de la financiación bancaria. Veamos como se ha llegado a esta situación y cómo podemos salir de ella.

Situación previa a la crisis

Durante la última pasada década se produjo un fuerte crecimiento de la economía española, basado principalmente en el sector de la construcción. Este boom condujo a un enorme aumento del endeudamiento de las empresas, las cuales pasaron de suponer el 84% del PIB en 2011 al 140% en 2010.

Los bancos y cajas no eran capaces de obtener fondos en el mercado nacional para cubrir las necesidades de financiación y, por ello, acudían a los mercados internacionales. Allí captaban dinero con facilidad y en buenas condiciones, las que, a su vez, trasladaban a sus clientes (¿quién no recuerda aquellas operaciones de leasing ICO PYME con diferenciales sobre el Euribor de hasta el 0,75% que eran concedidas con poca garantía más allá que la del propio bien?)

Dada la facilidad y los buenos precios con los que las empresas obtenían el dinero, no es de extrañar que se consolidara el mayor peso de la financiación bancaria sobre el resto de canales de financiación. Las empresas, y en mayor medida las pymes, no necesitaban acudir a otras fuentes de financiación que no fueran las bancarias.

Por este motivo, el peso de la  financiación bancaria se sitúa en España en niveles del 80%, frente al 20% de la no bancaria. En otros países, el peso está más compensado. Por ejemplo, en Alemania y Francia están al 50%, mientras que en el Reino Unido y Estados Unidos la financiación no bancaria alcanza niveles del 70%.

Estalla la crisis

Tras el estallido de la crisis, aparecen dos nuevos conceptos que apenas tenían incidencia: la prima de riesgo y las restricciones de liquidez.

La prima de riesgo se dispara por la desconfianza de los inversores extranjeros en el sector financiero español, elevando de una forma desconocida hasta ese momento el coste de renovar los fondos que tan fácilmente habían obtenido antes de la crisis.

Por otra parte, el fuerte aumento de las exigencias en nuevos criterios de dotaciones y del coeficiente de solvencia que ha introducido el regulador, ha llevado a las entidades financieras a fuertes restricciones en la autorización de nuevas operaciones y a fuertes aumentos del precio de la financiación para compensar los costes de la captación del pasivo y de las nuevas dotaciones.

Estos males del sector financiero no se van a solucionar a corto plazo. Teniendo en cuenta que se prevé que continúen las restricciones en la concesión de financiación a las pymes, y dada la alta dependencia de las mismas a la financiación bancaria, las pymes van a continuar teniendo graves dificultades para acceder a la financiación. Y, en caso de conseguirlas, lo harán a precios muy caros.

Posibles pasos a dar A corto plazo, no va a ser fácil que un mayor desarrollo de los canales no bancarios pueda suplir las actuales restricciones de las EEFF en la concesión de financiación, pero es necesario ir dando pasos que tiendan a corregir este desequilibrio.

En primer lugar, se deberían potenciar los mercados alternativos de financiación. El Mercado Alternativo Bursátil (MAB) está operando en España desde 2009. En la actualidad cotizan 22 empresas por lo que es un mercado aún muy incipiente. En el Alternative Investment Market (AIM) de Londres en 2011 cotizaban 1.143 compañías.

 ¿Cómo potenciar estos mercados?

  • Apoyando con incentivos fiscales la captación de inversores. Esto va a obligar a las pymes a tener más transparencia y profesionalización.
  • Facilitando el acceso de las compañías al mercado, por un lado venciendo las reticencias de los socios, en muchos casos  fundadores, a la injerencia de terceros en el control de la empresa y, por otro, con subsidios a los costes de salida a estos mercados.
  • Creando un nuevo mercado con criterios más flexibles para pymes que permita una mayor facilidad de acceso a estas empresas.
En segundo lugar, potenciando otros canales de financiación no bancarios como empresas de capital riesgo, préstamos participativos, CDTI, Crowdfunding, etc.

Las empresas emprendedoras abordan habitualmente proyectos innovadores, de interés estratégico y con gran capacidad de crecimiento, pero que llevan también aparejado un riesgo mayor. Por eso, y dada la situación actual, es necesario un mayor desarrollo de estos canales alternativos de financiación.

Financiación de mercado (no bancaria) de las sociedades no financieras entre la financiación total.

IÑAKI SANZ BASTERRA. Experto en Financiación Corporativa y Estructurada en Laboral Kutxa


¿Cuál es tu reacción?